
Los interrogan por días en “campos de filtración”. Hay grupos que fueron enviados a pueblos perdidos y a una isla en el Pacífico. Los más jóvenes están siendo adoctrinados y los quieren enrolar para que luchen como soldados rusos. La historia del matrimonio que logró escapar.
Rusia o muerte. Esa fue la opción para decenas de miles de ucranianos que intentaron escapar de la asediada Mariupol en la última semana. La única vía de salida que les dieron los invasores fue el territorio enemigo. Fueron deportados en forma compulsiva hacia zonas dominadas por las fuerzas rusas, interrogados durante horas en “campos de filtración”, despojados de pasaportes y cualquier otro documento de identidad ucraniano y enviados a diferentes campos en territorio ruso. La mayoría, a miles de kilómetros de Ucrania.
A una mujer de 92 años que no puede caminar la mandaron a Taganrog, donde nació Antón Chéjov, del otro lado del Mar de Azov, en el sur. A otros los trasladaron a Sakhalin, una isla en el Pacífico. También se sabe que se llevaron 2.389 chicos huérfanos de la zona de Donetsk y Luhansk que, aparentemente, están en la ciudad de Rostov para ser adoptados por familias rusas. Esto, de los que se tuvo noticia; la gran mayoría, están desaparecidos.
Según Mikhail Mizintsev, el jefe del Centro de Gestión de la Defensa Nacional de Rusia, casi un millón de ucranianos ya fueron deportados a la fuerza a Rusia. De acuerdo a sus declaraciones reproducidas ayer por la agencia oficial Interfax “en las últimas 24 horas, sin la participación de las autoridades ucranianas, 16.838 personas fueron evacuadas a Rusia desde las regiones peligrosas de Ucrania, ciertas áreas de las regiones de Donetsk y Lugansk, incluyendo 1.402 niños. En total, desde el inicio de la guerra, ya han sido 951.329 personas, incluyendo 174.689 niños.”
Poco antes, el comando militar ruso que tomó a sangre y fuego Mariupol tras dos meses de intensos bombardeos que destruyeron más del 80% de la infraestructura de la ciudad, había informado que 138.014 azovitas (la denominación de los habitantes) habían sido trasladados a Rusia. El 21 de abril fueron trasladadas 308 de esas personas, entre ellos 90 niños, a Vladivostok, en la costa del Pacífico, a 9.000 kilómetros de Ucrania. Elvira Shamonova, la ministra de Educación del Territorio ruso de Primorsky, la provincia donde se encuentra Vladivostok, anunció en la prensa local que “los chicos ucranianos van a ser asimilados en nuestras escuelas y a partir de ahora toda su educación será en ruso”.
“Al menos, medio millón de ciudadanos ucranianos fueron deportados de Ucrania a la Federación Rusa sin acuerdo de su parte”, denunció ante el Parlamento Europeo el diputado ucraniano Mykyta Poturayev. “No tenemos ninguna posibilidad de contactarnos directamente con ellos. Hay miles y miles de familias rotas sin saber nada de sus seres queridos”.
La defensora del pueblo de Ucrania, Lyudmila Denisova, pidió a la Cruz Roja Internacional que haga un relevamiento de estas personas e informó que el Kremlin sólo dio una lista de 95.909 personas que habían sido admitidas en Rusia como refugiados en los primeros días de la invasión, pero desde entonces no se entregaron más nombres ni lugares donde los tienen detenidos.