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Hoy se cumplen 25 años de la muerte de Carl Sagan.

Sasha Sagan, en el 25 aniversario de la muerte de Carl Sagan: "Mi padre no creía en la vida más allá de la muerte, pero parece que sigue entre nosotros"


La hija del astrofísico y Premio Pulitzer Carl Sagan recuerda a su padre cada 20 de diciembre encendiendo una vela y preparando el pudin que más le gustaba al científico. Hoy se cumplen 25 años del fallecimiento del autor de 'Cosmos'




Carl Sagan no llegó a ver la adaptación cinematográfica de Contact. A sólo siete meses del estreno, el astrónomo y divulgador científico falleció de neumonía el 20 de diciembre de 1996, hace ahora 25 años. Poco antes, Sasha Sagan (Nueva York, 1982) le preguntó a su padre si alguna vez volvería a reencontrarse con sus abuelos, como le sucede a la astrofísica Ellie Arroway en la ficción.

«Me contestó que nada le gustaría más, pero como quiera que no había pruebas para apoyar la idea de una vida futura, no podía ceder a la tentación», cuenta a EL MUNDO la escritora y productora de televisión. Sasha insistió con la terquedad de una niña de 14 años, y siguió preguntándole por qué.

«Me habló entonces de los peligros de creer en cosas que sólo nosotros queremos que sean ciertas, del autoengaño frente al cuestionamiento crítico de la autoridad y de la búsqueda de la verdad como única fuente de conocimiento». Después le explicó que, gracias al ADN, cada célula de su cuerpo permanecería siempre conectada a todas las personas que la habían precedido, e incluso al propio universo. «Nos vamos a morir y hay buenas razones para sentirnos afortunados por ello», me dijo. «No olvides nunca que somos polvo de estrellas».

Estas y otras reflexiones aparecen recogidas en For Small Creatures Such as We (G.P. Putnam's Sons), un ensayo fascinante, por inusual, sobre cómo las tradiciones y rituales sociales pueden dar un sentido profundo a nuestra existencia. «Escribí este libro para poder responder a las preguntas que yo misma les hacía a mis padres cuando era pequeña».

El título del volumen toma prestado el alegato final de Contact: «Dedicó toda su vida al estudio del universo, pero nunca reparó en su mensaje mas sencillo: las pequeñas criaturas como nosotros sólo podemos soportar la inmensidad por medio del amor». Cuenta Sasha Sagan que, a raíz de la maternidad (tiene una hija de 4 años y dará a luz a un niño en febrero), comenzó a resignificar algunos fenómenos sociales (relacionados con el nacimiento y la muerte, pero también con acontecimientos especiales, como los cumpleaños y las bodas) en busca de una trascendencia no religiosa.

«Puede parecer contradictorio, pero no lo es», asevera la escritora, que se considera a sí misma atea pero sin renunciar a su condición de judía. «Si pones la lupa sobre estas celebraciones te das cuenta de que todo conduce al mismo origen: a la necesidad de entender cuestiones sobre la biología y la astronomía que marcan nuestro calendario existencial».

Desde que su padre falleció, cada 20 de diciembre Sasha Sagan enciende una vela Yahrzeit que permanece encendida 24 horas en el salón de su casa de Boston. También recupera de la estantería algunos libros subrayados por su padre y prepara un pudin de chocolate, el postre favorito del astrofísico y Premio Pulitzer, de acuerdo a una receta que ha sobrevivido a varias generaciones a ambos lados de Atlántico.



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