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El ejército ruso convirtió la mayor central nuclear de Ucrania en una base militar

y está en peligro de explotar


Rusia convirtió la central nuclear de Zaporizhzhia, la más grande del este europeo, en una bomba de tiempo. En las instalaciones de la central nuclear ubicada en las afueras de la ciudad ocupada de Enerhodar, en el sur de Ucrania, fue tomada el 4 de marzo por un contingente de más de 500 soldados de la Guardia Nacional rusa.


Desplegaron en el terreno baterías de artillería pesada y colocaron minas antipersonales a lo largo de la orilla del embalse del río Dnipro cuya agua refrigera sus seis reactores.


El ejército ucraniano mantiene el control de las poblaciones en la orilla opuesta, a unos 5 kilómetros de distancia, pero no pudo lanzar una contraofensiva por el peligro que supondrían los combates de artillería en torno a los seis reactores nucleares activos.


A pesar de las advertencias de los organismos de control de la seguridad nuclear a principios de esta semana el ejército ruso sigue lanzando desde allí misiles.


La ciudad de Nikopol, controlada por Ucrania, al otro lado del río, fue alcanzada por cohetes Grad que dañaron 11 edificios de apartamentos y 36 casas privadas, e hirió a tres personas, según el ejército ucraniano.


El asalto también interrumpió el suministro de electricidad, agua y gas natural en la ciudad, donde los residentes huyen en masa de los ataques de artillería y del riesgo de radiación que conllevan.


Ambos bandos se acusan de haber iniciado los ataques en la zona en los últimos días. El G-7, el grupo de los países más ricos del mundo, pidió la inmediata evacuación de la zona y el secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, dijo que la situación estaba muy cerca de “llegar a un desastre”.


Ucrania también acusó a los rusos de provocar explosiones en la planta con la intención de inquietar a los aliados europeos sobre la seguridad nuclear y desalentar la entrega de armamento a Ucrania.


El argentino Rafael Grossi, jefe del organismo de vigilancia nuclear de las Naciones Unidas, la AIE, dijo que “se han violado todos los principios de la seguridad nuclear” y definició las condiciones en la planta como “fuera de control”.


Agregó que estaba mucho más preocupado por Zaporizhzhia que por Chernóbil, el lugar de la catástrofe nuclear de 1986, también en Ucrania, que contaminó cientos de kilómetros a la redonda y puso en peligro a Europa.


“En Chernóbil, creo que estamos bien. Está controlada por los técnicos ucranianos y saben cómo hacerlo”, explicó Grossi desde Viena, donde tiene la sede el organismo internacional.


Aclaró que su agencia inspecciona esa planta regularmente y restauró los sensores para el control de la radiación y otros dispositivos de detección.


Pero la AIE no puede acceder a partes clave de los reactores de Zaporizhzhia, ya que la fuerza rusa de ocupación y los bombardeos circundantes lo hacen demasiado peligroso para los inspectores.

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