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Los crímenes de Putin que a China no le importan


En su primera conferencia de prensa como flamante ministro de Relaciones Exteriores del régimen chino, Qin Gang dijo lo que se anticipó en un artículo de Infobae en noviembre último: la política exterior conocida como “Wolf Warrior” continuará. Y hasta se incrementará.


Quien fuera hasta hace pocas semanas embajador en Washington defendió esa estrategia diplomática en una larga conferencia de prensa ofrecida este martes en Beijing. “Cuando los chacales y los lobos bloquean el camino, y los lobos hambrientos nos atacan, los diplomáticos chinos deben bailar con los lobos y proteger y defender nuestro hogar y nuestro país”, advirtió Qin. Se refería de esa manera a Occidente, más precisamente a los Estados Unidos, a quien atacó durante todo el encuento con periodistas.


En el mismo intercambio con la prensa, avisó además que la alianza entre Vladimir Putin y Xi Jinping permanece muy sólida y que al parecer trasciende la invasión a Ucrania, masacre que cumplió un año hace apenas semanas y que el Kremlin aún no condenó. “Con China y Rusia trabajando juntas, el mundo tendrá una fuerza motriz”, insistió Qin.


Como repiten en Kiev, cuando uno intenta mostrarse al resto del mundo como neutral en un conflicto tan asimétrico y sangriento, claramente representa una posición a favor del agresor.


Ese agresor reflejó, en las últimas horas, una clara señal de la barbarie y deshumanización que exportó al vecino país. Tymofiy Mykolayovych Shadura, un soldado ucraniano de la 30 Brigada Mecanizada que se encontraba desaparecido desde el 3 de febrero en el área de Bakhmut, se convirtió en un símbolo de esa barbarie.


En las imágenes, a Shadura se lo ve tranquilo, fumando, en estado de indefensión absoluta y rodeado por invasores rusos. En el epílogo más desesperante de su existencia no insulta, no llora, no implora piedad. Pronuncia Slava Ukraini (Gloria a Ucrania), una marca registrada de esta guerra. Lo hace sin gritar, calmo, mientras sostiene su último cigarrillo. Menos de un segundo después, ráfagas de disparos terminan con su vida. Su cuerpo -ya tendido sobre la tierra, inerte- continúa recibiendo proyectiles de sus verdugos.


El video fue grabado por los propios rusos y se viralizó en las últimas horas en cuentas de Telegram. El Ministerio de Defensa de Ucrania señaló que de acuerdo a información preliminar se trata de Shadura, aunque para su identificación definitiva deberá recuperar el cuerpo, algo complicado en un terreno todavía ocupado por las tropas de Putin. El cadáver del soldado es una prueba que quema.


Esa ejecución sumaria y tenebrosa constituye un claro crimen de guerra. Uno más que suma el Kremlin y por el que debería rendir cuentas ante la justicia. Kiev ya pidió que se abriera el proceso correspondiente ante la Corte Penal Internacional en La Haya. Al menos 30 países apoyan la iniciativa de crear un tribunal para juzgar estas aberraciones cometidas por Rusia.


El fiscal general de Ucrania, Andriy Kostin, dijo que investigará lo ocurrido en Bakhmut como un claro caso violatorio de los derechos humanos. “Incluso la guerra tiene sus propias reglas. Hay normas de las leyes internacionales que son ignoradas sistemáticamente por el criminal régimen de Rusia. Pero tarde o temprano, habrá castigo”, prometió.


Cuando este martes Qin elogió a Rusia y reafirmó su alianza estratégica, el video de Shadura ya había dado la vuelta al mundo. Imposible que no lo conociera. Incluso el presidente ucraniano Volodimir Zelensky había hablado al respecto: “Quiero que todos unidos respondamos a sus palabras: ‘Gloria al héroe. Gloria a los héroes. Gloria a Ucrania’. Y encontraremos a los asesinos. Ucrania no olvidará nunca la hazaña de todos y cada uno cuyas vidas dieron la libertad a Ucrania”. Pero pese a esas muestras inhumanas, Qin insistió en la alianza estratégica.


Quizás el nuevo orden mundial que impulsan y proponen Putin y Xi tenga más que ver con estas escenas que con un mundo civilizado regido por las leyes más elementales.

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