Solo cuatro cámaras vigilan los 30 kilómetros de la Vía Atlixcáyotl, una de las vialidades más mortales de Puebla

La Vía Atlixcáyotl, la vialidad metropolitana más importante de Puebla, cuenta con apenas cuatro puntos de vigilancia policial a través de cámaras conectadas al C5, a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSP).

Dichos dispositivos —clave en la investigación de homicidios derivados de siniestros viales, como los ocurridos recientemente— se encuentran distribuidos a lo largo de los 30 kilómetros que abarca esta autopista urbana.

Este bulevar, que entre 2023 y 2025 ha cobrado al menos diez vidas y dejado más de 40 lesionados por volcaduras, choques contra objeto fijo y carambolas, también presenta factores de alto riesgo para los conductores, especialmente en el tramo de la plaza comercial Vía San Ángel, donde automovilistas se estacionan en la acera, generando tráfico e incluso dobles filas.

Durante un recorrido realizado por este medio en la mencionada vialidad, en ambos sentidos, se detectaron cuatro puntos de monitoreo o vigilancia policial.

Tres de ellos están colocados sobre la ciclovía o el camellón central, en los siguientes puntos: metros después del Tecnológico de Monterrey; adelante del fraccionamiento La Vista; a la altura del puente peatonal que cruza hacia la plaza comercial Vía San Ángel; y poco antes de llegar a la Parroquia de Nuestra Señora del Camino.

En esta última ubicación, incluso, la cámara estaba acompañada de un botón de pánico que ya no se encuentra en el sitio, posiblemente debido a robo o actos de vandalismo.

Cámaras sofisticadas alcanzan solo kilómetro y medio de detectabilidad

Considerando que la capacidad máxima de reconocimiento, detección e identificación de cámaras de vigilancia profesionales o especializadas es de hasta un kilómetro y medio —según las especificaciones mostradas en páginas como Microsegur Advanced Security Solutions, que se especializan en temas de seguridad—, las cuatro cámaras ubicadas durante el recorrido resultan insuficientes para monitorear 30 kilómetros.

Tomando en cuenta los alcances de los equipos más técnicos, sería necesario instalar al menos una cámara por kilómetro para evitar “puntos ciegos”, donde la ausencia de videovigilancia obstaculiza la obtención de evidencia clave para esclarecer homicidios derivados de accidentes viales, en los que la velocidad, los arrancones y la falta de pericia al volante se han combinado.

La escasez de cámaras conectadas al C5 se suma a otros riesgos evidentes sobre la Vía Atlixcáyotl, particularmente a la altura de la plaza Vía San Ángel, donde el 10 de diciembre un presunto integrante de un club automovilístico dedicado a realizar arrancones provocó una carambola que dejó a una joven muerta por atropellamiento.

Ahí, desde metros antes, se observó cómo conductores de todo tipo de vehículos —incluidos taxistas— se estacionan junto a la acera, entorpeciendo el libre tránsito y generando dobles filas de automovilistas que buscan seguir avanzando o entrar al centro comercial, con lo que se eleva el riesgo de accidentes.

Este medio consultó a las áreas de Seguridad Pública del estado y de los municipios de Puebla y San Andrés Cholula para conocer la cantidad de cámaras instaladas en la autopista urbana. En el primer caso, no se proporcionó la información; en tanto, ambos municipios indicaron que no cuentan con cámaras en esa vialidad, ya que es monitoreada y vigilada por el estado.

La Vía Atlixcáyotl se ha convertido en una vialidad mortal que, de 2023 a 2025, ha dejado al menos diez muertos y más de 40 lesionados. Entre los casos de mayor impacto social está el registrado la madrugada del 11 de noviembre de 2023, cuando el choque de un automóvil BMW blanco contra las barras de contención, a la altura de plaza Santa Fe, derivó en el incendio de la unidad y la muerte de tres ocupantes; una mujer fue rescatada con quemaduras y el conductor huyó.

Otro hecho ocurrió el 29 de marzo de 2025, a la altura del Tecnológico de Monterrey: el conductor de un Audi blanco se estrelló contra una palmera; él sobrevivió, pero su acompañante murió al quedar prensada.

Recientemente, la madrugada del 22 de noviembre, el joven que manejaba un Subaru BRZ perdió el control y chocó contra un poste a la altura de Honda de Angelópolis.

Él murió, al igual que su novia y un amigo. En este caso, los jóvenes participaban en arrancones con otro conductor que huyó; las autoridades no pudieron obtener videos del hecho debido a la ausencia de cámaras policiales.

Por último, el 10 de diciembre, un automovilista e integrante de un club dedicado a los arrancones provocó una carambola de seis vehículos que dejó a una joven sin vida, luego de ser atropellada, y nueve lesionados. El presunto responsable es buscado por las autoridades, ya que tras lo ocurrido huyó a pie.